15 febrero 2013

En-Sueños


Estámos en la cama, tratando de conciliar el sueño, no hablabamos, no necesitabamos dar una explicación, simplemente estábamos, uno junto al otro. Yo miraba fijamente el techo, encontrando el silencio necesario para no hablar, tu estás recargada en mi pecho, tampoco buscas palabras, el silencio solo es roto por "Le singe bleu" de Vangelis y por el ruido de los autos que pasan. Poco a poco me quedo dormido, cuando despierto sigues recargada en mi pecho, no quiero moverme para no despertarte, pero, pareciera que estabamos sincronizados, abres los ojos me sonríes y sin dejar de verme fijamente acercas tus labios a los míos y sin mediar palabras me besas. Fue el beso más largo que jamás nos dimos.

Eso es todo lo que recuerdo, ni un detalle más, no sé como fue que llegamos a la cama, ni como nos fuímos de ahí. Regularmente, después de tener este tipo de sueños despertar suele ser confuso y queda una sensación de amargura, me levanto a tomar un vaso con agua y vuelvo a la cama, cierro los ojos y poco a poco la música de Vangelis va inundando la habitación hasta quedarme dormido.

2 comentarios:

Constanza dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Constanza dijo...

Sueños que se confunden con la realidad.