01 septiembre 2012

Muffin


(3:30 AM)
Mientras dormía en su habitación Constanza sintió (entre sueños) que Muffin su gato, saltaba sobre su cama, ni siquiera se molesto en abrir los ojos, estaba acostumbrada a dormir con el. 

Pudo sentir sus movimientos sobre el edredón hasta llegar a su almohada, se volteo hacia el otro lado y siguió durmiendo.

(6:30 AM)
Un tenue rayo de luz entró por uno de los pliegues de la cortina, la alarma comenzó su monótona (pero efectiva) labor, y Constanza abrió los ojos poco a poco, busco con la mano a Muffin, pero no lo encontró, no le dio importancia, se enderezó y se quedo sentada a la orilla de la cama, se tallo los ojos, se estiro una vez mas y se levanto.

Al entrar al baño y verse al espejo recordo algo que la hizo estremecerse, dio marcha atrás y reviso su cama, unas marcas en su almohada le confirmaron que no era Muffin el que había trepado a su cama, ya que el fiel minino murió apenas hacia dos días y porque los arañazos en la almohada decian: "Aquí estoy". 

El fantasma...


Caminando por las viejas calles de esta ciudad ví una casa con un clásico letrero de "se vende", letras rojas, fondo blanco y número teléfonico, no se veía mal por fuera, seguí mi rumbo sin prestarle mas atención, pero, desde ese momento no pude sacarla de mi cabeza, quedaba a una cuadra de la oficina, y a dos del centro de la ciudad, no tendría necesidad de sacar el carro a menos que fuera a salir a carretera.

Sin pensarlo más concerte una cita con el propietario y llegamos a un buen acuerdo (creo yo) por la casa, se notaba a leguas que le urgía deshacerse de ella, no indague razones, pronto las conocería.

Cuando al fin me mude, después de hacer los arreglos mínimos, nunca imagine que iba a compartir mi inversión con un fantasma.

Pero no es un fantasma convencional de esos que todas las noches hacen ruidos, maldades y asustan al prójimo, no señor, mi fantasma todas las noches se manifestaba con quejidos y llantos, al principio no le dí mayor importancia y atribuia los ruidos al barullo de la calle, "el costo de vivir a pocas cuadras del centro" pensaba y seguía con mi vida de manera normal sin prestarle más atención.

Con el paso el tiempo me dí cuenta que no eran los ruidos de la calle, sino que era algo que estaba dentro de la casa, a partir de ese momento no volví a tener una noche de paz, lo peor era que con la compra de dicho inmueble mi cuenta bancaria estaba en número rojos y no me quedaba de otra mas que soportar sus quejidos lastímeros, hasta una noche, en que sus chillidos y lamentos colmaron mi paciencia, aunado a mi desesperación por tener una noche completa de sueño se antepusieron a mi temor me decidí a hacer contacto con el fantasma cabronazo que no me dejaba dormir.

Ahí fue cuando me entere que lloraba y se quejaba por el abandono de un viejo amor, no pude evitar compadecerlo, tantos siglos y no podía olvidar, lo invite a mi incipiente cava y bebimos sin remordimiento alguno todo el vino que había adquirido en esos días.

Han pasado varios años desde esa noche, sigo en mi casa, y nadie me puede creer que pueda convivir con un alma en pena, y que todas las noches baje a la cava donde ahogo mis penas en el alcohol con el fantasma como compañero de parranda.

Que él esté muerto y yo vivo no tiene la mayor importancia. Ambos sufrimos por el desamor de una mujer.

21 agosto 2012

Cuatro-Cero


El día 11 de este mes arribé al cuarto decenio de existencia, de lo primero de lo que me di cuenta es que es de miedo levantarte y saberte un "cuarentón" (palabra aterradora, pinchurrienta y despectiva que debería desaparecer de nuestro léxico) y es que, si cumplir treinta y nueve era difícil ahora imaginen llegar a los cuarenta (cuatro-cero), los dos últimos años estuvieron bien (pinches) intensos, viaje un montón (lo sigo haciendo), aprendí mucho (ese proceso nunca termina), reflexione otro tanto (la historia de mis días), redescubrí los placeres simples de la vida (caminar y dejar que la lluvia cale hasta los huesos) y me arriesgue a dar un paso (difícil y al parecer definitivo) en mi vida.
   
Todo se conjunto para lograr que me deshiciera de muchas cosas que venía cargando desde hace mucho tiempo, siempre he pensado que conforme pasa el tiempo uno va cargando mas equipaje (familia, responsabilidades, trabajo y un largo etc.) que hace que los engranes continuamente se tengan que ajustar o engrasar para que sigan funcionando de manera óptima.

Sigo siendo el mismo hiperactivo con desorden obsesivo compulsivo y depresivo de siempre, solo que ya me doy el tiempo de dedicarle más tiempo a las cosas que valen la pena, a escuchar esos discos que nunca escuche antes y que ahora son mi compañía mientras manejo por la interminable carretera, pero lo más importante, estoy conviviendo más tiempo con mis hijos, no veo ya a mis amigos (por la distancia) y en veces me siento excluido cuando leo que se reúnen y no puedo estar con ellos, podría decir que lo que más echo de menos son a mis padres, porque a pesar de que ya tengo cuarenta, sigo necesitando sus consejos y su presencia como cuando tenía cinco.

De lo primero que me he percatado (y no necesitas llegar a los cuarenta para darte cuenta) es que en esta década todo lo que abusaste a tu organismo en las pasadas tres se te carga bien cabrón (con todas y cada una de sus letras y el acento en la o) todo lo que aprendiste, creíste y te bien alimentaste (o mal según sea el caso) durante la infancia y adolescencia con tu familia, todo lo que te chingaste (con todas sus letras, ch incluida) durante tus veintes y tus estudios universitarios y lo que lograste hacer en tu vida profesional, laboral y amorosa (sexo incluido) durante los treintas se te regresa, ya sea a cobrarte factura o a felicitarte por tu buen comportamiento.

En mi caso particular puedo decir que aun tengo (muchas)  facturas que pagar y como defensa solo diré que lo disfrute y si pudiera lo volvería a hacer.  

Últimamente he tratado de ser más tolerante con mi entorno (sigo sin soportar la mala ortografía y esa basura llamada reggaetón), quiero darme la oportunidad de escribir mi libro de cuentos, tratar que esas ideas que dejo a medias en la agenda, libreta, incluso en servilletas o papelitos cuajen en algo sólido, pero sobre todo, quiero ser feliz, no a mi manera o a medias, sino plenamente.

Tengo cuarenta años y diez días, sigo siendo el mismo: Ermitaño, neurótico, sarcástico, aferrado, parrandero, juguetón, de conductas transgresoras, con un carácter insoportable e intransigente, de ideas disparatadas y ocurrencias en ocasiones irritantes e incluso paranoicas, en resumidas cuentas “Cínico”.

En trescientos cincuenta y seis días (recordemos que ya pasaron diez) alcanzare la famosa edad difícil y ya les estaré contando cómo me fue en mis primeras cuatro décadas.

05 mayo 2012

Del arte de vivir



"De un tiempo para acá la vida pareciera que se me escurre de las manos como si fuera arena", piensa mientras se retira terminando su taza de café, sale con seguridad de la estancia y posteriormente de la casa, sin mirar atrás sube a su auto, enciende el estereo y suena esa canción que siempre había tenido en mente para el día de la partida, específicamente ese día, con los primeros acordes arranca sin un rumbo definido.

Nada más que eso, sin lágrimas, sin despedidas, sin avisarle a nadie para no acumular esas nostalgias que luego vienen y se instalan al lado para recordar lo que se dejo atrás.

De haber sabido que era así de fácil lo hubiera hecho años atrás, antes de enredarse en el arte de vivir, antes de que voces y personas ajenas le reclamaran su presencia.

Vivir era un arte y el era experto, si señor, con los colores básicos en su paleta le había arrancado tonalidades difíciles de conseguir, y día a día le arrancaba mas gamas de color, hasta que un día se canso de vivir siempre lo mismo, se dio cuenta que se perdió el día que se encontró formando una familia.

Tenía que recuperar aquello que había perdido tiempo atrás.

Tenía que morir para poder vivir con lo que había matado, para no estar muriendo de a poco, y vivir para poder seguir amando, aunque esto también signifique ir muriendo.

Porque al final sabe que es inevitable, pero quiere retirarse apasionado, encendido, vibrando.

No ocultándose, como si fuera un fugitivo de los días que vivió, escondido en la neblina de una vida que nunca hubiera escogido.

La hora de partir



Despierto con la sensación de seguir durmiendo, me levanto sintiéndome más ligero, de no ser vulnerable ante el paso del tiempo.

Me doy un baño y noto que el agua no se siente mojada, me visto y salgo a la calle, pienso que el ajetreo matutino cambiara mi percepción, pero no es así, todo se mueve más despacio, la gente, los autos, incluso el viento se mueve en cámara lenta. Por otro lado los sonidos parecen amplificarse, puedo escuchar el tic tac del reloj de la persona que esta en la acera de enfrente, escucho las charlas de las personas, incluso sus murmullos, en un instante me saturo de sonidos, corro de esa calle hasta una que este menos transitada y así evitar enloquecer.

Llego a un pequeño parque junto a una vieja iglesia, me siento en una banca y extrañamente no siento su textura de cemento, se lo atribuyo a mi raro y nuevo estado de consciencia, trato de ordenar mis pensamientos cuando una voz de textura metálica capta mi atención al decir "es duro al primer día, pero ya te acostumbraras", volteo y no veo a a nadie, siento un escalofrio recorrer la espalda mientras la piel se eriza. 

Me levanto y volteo hacia hacia la iglesia, la cual esta llena, esto capta mi atención ya que es viernes y no hay misa a esta hora,me encamino a ella para ver que están celebrando y es cuando un presentimiento me invade, sin pensarlo doy media vuelta y regreso a casa, al principio camino normalmente, pero al cabo de unos minutos me encuentro corriendo por calles angostas, en eso la misma voz que escuche en el parque me susurra al oído "no huyas, acéptalo" no quiero voltear, tengo miedo, el ambiente huele a chatarra y vidrios rotos.

Al fin llego a casa, entro y me siento en la sala, tratando de razonar, de encontrar solución a los extraños hechos de la mañana, estoy en eso cuando siento que me tocan en el hombro, levanto la vista y ahí esta, me limito a sonreír y le pregunto si ya es hora, asiente con la cabeza y me dice: "Vamos, aun tengo mas personas que recoger".

Respuestas puntuales


Sigue pasando el tiempo, literalmente vuela, me pasó de largo el otoño y el invierno, eso si, pasando una factura que tarde o temprano tendré que pagar.

Un día cualquiera de esta semana me dí la oportunidad de buscar un par de respuestas que me inquietaban, salí de la cama con una idea fija, encontrarlas.

Entré en varios locales donde se prometían respuestas puntuales a todas las inquietudes, pero solo eran tiendas de respuestas usadas, esas que ya alguna vez habían sido utilizadas y se vendían al preguntante en turno.

Todo parecía indicar que me quedaría como al principio, pero en medio de mi caminar la encontré, fue como una luz en medio de un camino obscuro.

Sin perder tiempo regrese a casa, la respuesta siempre había estado ahí, la contemple por unos segundos, sonreí, recordé por unos instantes, la última sonrisa que tenía de ti y abrí esa puerta que no debí cerrar para retenerte, aún a sabiendas que ya no estabas.

Al ver salir tu recuerdo no pude evitar sentir nostalgia, no por ti, que a final de cuentas yo ya solo era un puro dolor de tu memoria.

Me sirvo un café cargado como parte de mi ayuno y pienso en retomar la carretera que deje pendiente de recorrer, doy un sorbo, y tomo las llaves del auto, tarde o temprano arderé en el infierno que da algún paraíso.

15 abril 2012

Podcast 37 De lo inconcluso


En esta ocasión les dejo el episodio 37 de lo que quedo sin terminar, de las cosas que no cuajaron y quedaron inconclusas, ojalá lo disfruten…

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06 abril 2012

Podcast 36 De la diferencia entre pérdida y distancia


Te he escrito mil y un cartas que no pueden ser enviadas por el medio tradicional, el sobre esta sin dirección, ya que a ciencia cierta, no se donde encontrarte..

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Terminación de proyecto 40

En días pasados había dado por terminado este viejo proyecto, pero al revisar los archivos que tengo en la computadora me encontré con varios podcasts inconclusos (textos y audios), por lo que pensé en subirlos para terminar este proyecto con sus 40 episodios.

Ojalá lo disfruten.

24 marzo 2012

Podcast 35 Del Final


Un viaje se compone de dos partes básicas, "origen y destino", al cumplirse la segunda condicionante el camino llega a su fin.

Llegué a mi destino, ya es hora de apagar el motor y descansar.

Tal vez nos volvamos a encontar en algún camino, hasta entonces.

Gracias por haberme acompañado en este proyecto.

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12 febrero 2012

Podcast 33: De la lluvia


La lluvia, mi amiga, esa que llega a hacerme compañía, que me recuerda que aunque parezca de fuego soy de agua, que siempre me invita a caminar bajo ella, la única que regresa que me escucha, que me habla al oído, esa necesidad de verla caer, de sentirla en mi.

Aunque con su caída me empapa de melancolía, ya que cada gota me habla de ti…

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07 febrero 2012

De el D.F.


El viernes decidí darme un respiro de este lugar e ir a la ciudad de México.

No sé por qué motivo el ir a esa vieja y conflictiva urbe me hace sentir tan vivo, cargar pilas y no necesariamente tengo que ir al antro de moda, al nuevo "mall" o la colonia condesa, me basta con caminar en esas calles viejas que han visto pasar miles de gentes, esas calles tan cargadas de historias de esas que se escriben en los libros y de esas que se escriben en la memoria de quienes las viven.

Para variar fuí a mi lugar favorito, el que me basta visitar para recargar pilas, el viejo castillo de Chapultepec.

Desde niño he sentido una especial atracción a este lugar tan lleno de historia (haciendo a un lado si los niños héroes es una chaquetota mental que nos siguen vendiendo como gesta heroica, yo pienso que un grupo de patriotas mal armados le hizo frente a unos gringos gandallas e hijos de puta), tan lleno de historia y en lo personal tan cargado de recuerdos.

El plus de esta visita fue el llevar a mis cachorros y a la arquitecta (ella siente la misma pasión que yo por lugares históricos).
Enseñarles a los hijos el amor por la historia, las visitas a museos, que lean y que sean cultos siempre ha sido uno de mis objetivos y parece que las cosas van por buen camino.

¿Vieja ciudad de México, que embrujo ejerces en mi que siempre vuelvo a tus calles, a retomar ese romance que hemos sostenido desde la primera vez que te ví?, la respuesta la dejo en el aire, pero seguro nos veremos pronto.

29 enero 2012

Podcast 32: De las charlas con tu recuerdo



Sirvo dos vasos de licor, uno para tu recuerdo y otro para mi nostalgia, seguimos con esa charla cargada de sentimientos encontrados...

El 32 de este añejo proyecto que en 8 entregas mas termina, ojalá lo disfruten.


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23 enero 2012

Podcast 31: Del sorbo de razonamiento


... En aquel entonces las paredes sonaban diferente, los sonidos tenían otras texturas, la lluvia no tenía tantas marcas y la piel no se sentía tan fría...

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El capitulo 31 de esta serie, ojalá lo disfruten.

Podcast 30: De los recuerdos en azul


Te recuerdo en azul porque es el color del mar, de ese cielo que alguna vez nos vio juntos, es el color de nuestros sentimientos y porque es el color de la distancia, esa que parece infranqueable y día a día parece hacerse más grande...

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El capitulo 30 de una serie de 40, ojalá lo disfruten

16 enero 2012

De los motivos para seguir

5 A.M. me despierto con dolor de cabeza, me levanto, camino hacia la cocina y pongo la cafetera, por inercia tomo la botella de vodka que tengo en el congelador y me sirvo en un vaso, lo tomo de un trago, no importando lo frío que este, me asomo por la ventana, la neblina no deja ver más allá, pienso que tal vez hoy se rompa la rutina y sienta que pertenzco por fin a algún lugar, inmediatamente ese pensamiento utopico se va, sé que al final del día estare lamentado el hecho de no encajar, con esa sensación de vacio en el corazón, pensando en la carga que significa dormir para despertar de nueva cuenta a la rutina, ponerse la mascara de piel, con la sonrisa y las respuestas precisas (que hacen las delicias de los que preguntan), dejando de lado mis propios intereses.

En eso la cafetera suelta el caracteristico vapor con olor a café que avisa que ya esta listo, dejo el vaso en el fregadero y tomo una taza, me sirvo y me siento en la sala, sin mas compañía que la penumbra que ya estaba ahí, el sol hace intentos de iluminar, pero la densa neblina se lo impide, me cuestiono una vez más que carajos hago aquí, en eso una voz me dá los buenos días, alzo la mirada y es mi hija, que camina hacia mi con los brazos abiertos.

Al abrazarla, siento que tengo un buen motivo para seguir aquí...

15 enero 2012

Un sorbo de razonamiento


Tengo mucho tiempo esperando en la madrugada esa aplazada visita, por lo regular me dan hasta las cuatro o cinco de la mañana.

Lleno un vaso con whisky, con el primer sorbo recuerdo esa vez sentado en la sala de casa de mis padres con un cigarro (sin filtro por cierto) departiendo con uno de mis mejores amigos, ya hace bastante tiempo de ese diciembre cuando contaba con tan solo diez y seis agostos en mi haber.

En aquel entonces las paredes sonaban diferente, los sonidos tenían otras texturas, la lluvia no tenía tantas marcas y la piel no se sentía tan fría.

Al recordar ese día me pregunto por qué no hice tal cosa por esa otra. Debí vivir más y pensar menos en lo quería ser, de cualquier manera, al final terminé siendo lo opuesto con lo que comulgaba en esos tiempos.

Y pensándolo bien no salió tan mal, el hecho de cambiar la jugada ha sido por lo menos más divertido, en ocasiones perdí el control, otras tantas terminé de cabeza, el peor de los escenarios pudo haber sido terminar en una cripta compartiéndola con mis anhelos frustrados.

Un sorbo más de razonamiento.

Pienso en mis amigos y sus causas, fui testigo de muchas de ellas, esa tranquilidad que da vivir en un puerto seguro, esa cordura disfrazada de confort, cuando los veía tan estables me daba un sentimiento de vacío que me obligaba a lanzarme por el muelle y buscar la ola que me alejara de esa cotidianeidad que sabía terminaría por enloquecerme.

Navegando por el mar que mi propia incertidumbre creo, encontré esta tierra, donde aparentemente tengo todo, este lugar que huele a neblina recién tostada y sabe a café recién caído del cielo, me he enamorado de las conversaciones de este lugar, de su peculiar forma de vivir, de sus calles desiguales, de su clima, de lo colorido de sus huertos, veo a la gente que vive sin mayor preocupación y de cierta manera creo que ya es tiempo de quemar las naves, ya me cansé de navegar, ya es tiempo de anidar en la misma cotidianeidad de mis amigos.

Otro sorbo y el reloj sigue con sus interminables vueltas.

Sigo pensando en los besos y abrazos que no he tenido tiempo de dar y que según tengo pactado en el contrato de arrendamiento de esta vida tengo que entregarlos antes de la fecha de vencimiento del mismo.

Pienso que no quiero pasar un solo día sin el sonido de tus ojos y el color de tu voz.

El whisky se termina con este último pensamiento.

Quizás hoy venga el diablo y nos tomemos esta botella de vino tinto que tenemos pendiente y quizás volvamos a andar esos caminos que alguna vez recorrimos…