29 enero 2012

Podcast 32: De las charlas con tu recuerdo



Sirvo dos vasos de licor, uno para tu recuerdo y otro para mi nostalgia, seguimos con esa charla cargada de sentimientos encontrados...

El 32 de este añejo proyecto que en 8 entregas mas termina, ojalá lo disfruten.


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23 enero 2012

Podcast 31: Del sorbo de razonamiento


... En aquel entonces las paredes sonaban diferente, los sonidos tenían otras texturas, la lluvia no tenía tantas marcas y la piel no se sentía tan fría...

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El capitulo 31 de esta serie, ojalá lo disfruten.

Podcast 30: De los recuerdos en azul


Te recuerdo en azul porque es el color del mar, de ese cielo que alguna vez nos vio juntos, es el color de nuestros sentimientos y porque es el color de la distancia, esa que parece infranqueable y día a día parece hacerse más grande...

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El capitulo 30 de una serie de 40, ojalá lo disfruten

16 enero 2012

De los motivos para seguir

5 A.M. me despierto con dolor de cabeza, me levanto, camino hacia la cocina y pongo la cafetera, por inercia tomo la botella de vodka que tengo en el congelador y me sirvo en un vaso, lo tomo de un trago, no importando lo frío que este, me asomo por la ventana, la neblina no deja ver más allá, pienso que tal vez hoy se rompa la rutina y sienta que pertenzco por fin a algún lugar, inmediatamente ese pensamiento utopico se va, sé que al final del día estare lamentado el hecho de no encajar, con esa sensación de vacio en el corazón, pensando en la carga que significa dormir para despertar de nueva cuenta a la rutina, ponerse la mascara de piel, con la sonrisa y las respuestas precisas (que hacen las delicias de los que preguntan), dejando de lado mis propios intereses.

En eso la cafetera suelta el caracteristico vapor con olor a café que avisa que ya esta listo, dejo el vaso en el fregadero y tomo una taza, me sirvo y me siento en la sala, sin mas compañía que la penumbra que ya estaba ahí, el sol hace intentos de iluminar, pero la densa neblina se lo impide, me cuestiono una vez más que carajos hago aquí, en eso una voz me dá los buenos días, alzo la mirada y es mi hija, que camina hacia mi con los brazos abiertos.

Al abrazarla, siento que tengo un buen motivo para seguir aquí...

15 enero 2012

Un sorbo de razonamiento


Tengo mucho tiempo esperando en la madrugada esa aplazada visita, por lo regular me dan hasta las cuatro o cinco de la mañana.

Lleno un vaso con whisky, con el primer sorbo recuerdo esa vez sentado en la sala de casa de mis padres con un cigarro (sin filtro por cierto) departiendo con uno de mis mejores amigos, ya hace bastante tiempo de ese diciembre cuando contaba con tan solo diez y seis agostos en mi haber.

En aquel entonces las paredes sonaban diferente, los sonidos tenían otras texturas, la lluvia no tenía tantas marcas y la piel no se sentía tan fría.

Al recordar ese día me pregunto por qué no hice tal cosa por esa otra. Debí vivir más y pensar menos en lo quería ser, de cualquier manera, al final terminé siendo lo opuesto con lo que comulgaba en esos tiempos.

Y pensándolo bien no salió tan mal, el hecho de cambiar la jugada ha sido por lo menos más divertido, en ocasiones perdí el control, otras tantas terminé de cabeza, el peor de los escenarios pudo haber sido terminar en una cripta compartiéndola con mis anhelos frustrados.

Un sorbo más de razonamiento.

Pienso en mis amigos y sus causas, fui testigo de muchas de ellas, esa tranquilidad que da vivir en un puerto seguro, esa cordura disfrazada de confort, cuando los veía tan estables me daba un sentimiento de vacío que me obligaba a lanzarme por el muelle y buscar la ola que me alejara de esa cotidianeidad que sabía terminaría por enloquecerme.

Navegando por el mar que mi propia incertidumbre creo, encontré esta tierra, donde aparentemente tengo todo, este lugar que huele a neblina recién tostada y sabe a café recién caído del cielo, me he enamorado de las conversaciones de este lugar, de su peculiar forma de vivir, de sus calles desiguales, de su clima, de lo colorido de sus huertos, veo a la gente que vive sin mayor preocupación y de cierta manera creo que ya es tiempo de quemar las naves, ya me cansé de navegar, ya es tiempo de anidar en la misma cotidianeidad de mis amigos.

Otro sorbo y el reloj sigue con sus interminables vueltas.

Sigo pensando en los besos y abrazos que no he tenido tiempo de dar y que según tengo pactado en el contrato de arrendamiento de esta vida tengo que entregarlos antes de la fecha de vencimiento del mismo.

Pienso que no quiero pasar un solo día sin el sonido de tus ojos y el color de tu voz.

El whisky se termina con este último pensamiento.

Quizás hoy venga el diablo y nos tomemos esta botella de vino tinto que tenemos pendiente y quizás volvamos a andar esos caminos que alguna vez recorrimos…