20 febrero 2007

La agenda

Carretera 54 nada interesante para mirar. Enciendo el radio y no hay recepción, lo apago. Busco un cd en la guantera, no esta el estuche. Busco debajo mió, bajo el asiento de a lado, Lo encuentro. Saco un disco al azar y lo pongo es U2. Acomodo el retrovisor y veo hacia atras, es exactamente lo mismo de hace 5 minutos, nada.

Veo una gasolinera, bostezo y miro el reloj son las tres en punto, hago calculos y pienso que llegare como en dos horas más, a tiempo para la cita.

Miro al retrovisor, veo un niño detrás de mi, saco la cabeza y no veo nada. Debió ser una ilusión por el calor.

Subo el volumen, “Someone you could lend a hand in return for grace…” Se me antoja un trago, recuerdo cuando comencé a beber, en la sala de casa de mis papás en compañía de mi mejor amigo, caray, se me paso su cumpleaños y no pude llamarle, es que se me olvido anotarlo en la agenda. Sigo adelante, para este momento ya estoy muy cansado, reviso la agenda y si, voy en tiempo.

No hay nada que mirar, solo carretera y cerros, son solo paisajes y tierra, no hay nada.

Veo el retrovisor y me veo. Parado a mitad de la carretera, traje negro, barba naciente y trago en mano. Volteo y no veo nada, me asombro o me asusto, cualquiera de las dos, estoy seguro que era yo.

Me da miedo mirar el retrovisor, sacudo la cabeza, alzo la mirada y miro el retrovisor, nada, solo paisaje dejado muy atrás, suspiro, cierro los ojos un instante y un par de preguntas vienen a mi mente:

¿Qué hago tirado al lado de la carretera, rodeado de humo, un coche volcado y la cabeza abierta? ¿Qué hace una agenda con citas, números de teléfono y direcciones?

Nada. Simplemente un hombre llegando a tiempo a su destino. Con una agenda recordándole que dejó pasar todo.

2 comentarios:

Adriana dijo...

Lo lograste… mantuve la piel de gallina del post anterior.

Mau dijo...

ouch!