05 mayo 2012

Respuestas puntuales


Sigue pasando el tiempo, literalmente vuela, me pasó de largo el otoño y el invierno, eso si, pasando una factura que tarde o temprano tendré que pagar.

Un día cualquiera de esta semana me dí la oportunidad de buscar un par de respuestas que me inquietaban, salí de la cama con una idea fija, encontrarlas.

Entré en varios locales donde se prometían respuestas puntuales a todas las inquietudes, pero solo eran tiendas de respuestas usadas, esas que ya alguna vez habían sido utilizadas y se vendían al preguntante en turno.

Todo parecía indicar que me quedaría como al principio, pero en medio de mi caminar la encontré, fue como una luz en medio de un camino obscuro.

Sin perder tiempo regrese a casa, la respuesta siempre había estado ahí, la contemple por unos segundos, sonreí, recordé por unos instantes, la última sonrisa que tenía de ti y abrí esa puerta que no debí cerrar para retenerte, aún a sabiendas que ya no estabas.

Al ver salir tu recuerdo no pude evitar sentir nostalgia, no por ti, que a final de cuentas yo ya solo era un puro dolor de tu memoria.

Me sirvo un café cargado como parte de mi ayuno y pienso en retomar la carretera que deje pendiente de recorrer, doy un sorbo, y tomo las llaves del auto, tarde o temprano arderé en el infierno que da algún paraíso.

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