Mujeres y violencia
Pasaban de las diez de la noche, se supone que sale del trabajo a las cinco de la tarde, un temor se fue apoderando de ella, ¿y si le había pasado algo?, la inseguridad ya era algo común en la ciudad, pero eso no era todo y ¿si había vuelto a beber?, prometió hace ocho días que ya lo dejaría, incluso fue a jurar a la iglesia, el solo recordar como se ponía violento la hacia temblar, escucho un auto y se asomo a la ventana, no, no era el, un sentimiento de alivio se apodero de ella, solo fue temporal, el estomago le recordó que no había comido, quedaron en comer juntos, era su aniversario de bodas y le había prometido que en cuanto saliera del trabajo se regresaría con ella, recordó el día de su boda, todo mundo le decía que parecía princesa con su vestido y su peinado, se toco la cabeza y le dolió, aun no cerraba bien la herida, necesitó cuatro puntadas, es que me caí de la escalera, eso dijo a los demás, y mientras, se repetía a si misma que todo iba a ser diferente, una lágrima se le rodó por la mejilla sin darse cuenta, así había pasado todo desde que lo conoció, sin darse cuenta, de ser hija de familia con un futuro prominente ahora era una mujer maltratada y paso así, sin darse cuenta.
Estaba absorta en sus pensamientos cuando el timbre del teléfono la saco de ellos, era el, ahogado en alcohol, le hablaba para decirle que ya iba para allá que quería la cena servida porque tenia hambre, ella le dijo que no tenia nada preparado, pues se quedo esperándolo para ir a comer, además que no le había dejado dinero (como siempre), la respuesta que recibió era la que mas temía.
Colgó y desesperada daba vueltas por la cocina, buscaba lo que fuera y es que lo conocía, la herida de la cabeza (la mas reciente), se la hizo cuando le avento un cenicero (el ultimo que quedaba de ese juego que les regalaron en su boda), solo tenia un huevo y un par de rebanadas de jamón, se iba a enojar, por instinto, escondió los cuchillos, no sabia que mas hacer, entonces vino a su mente un pensamiento, ¿y si no llegaba?, eso la salvaría de la paliza, y le daba tiempo de al día siguiente ir a la carnicería a pedir fiado aunque sea 1/4 de carne, para hacerle unos tacos de bisteck, y la oración cambio de forma, hacia menos de una hora pedía para que no le pasara nada, que llegara con bien, ahora pedía que no llegara y así, sin darse cuenta cambio su oración.
Ella sabía que (si existía) Dios la tenia muy olvidada, ¿cuantas veces le había pedido un milagro?, muchas y nunca había tenido una respuesta ¿por qué habría de tenerla esta vez?, se acostó a esperar y sin darse cuenta se quedo dormida.
Unos golpes en la puerta la despertaron, sin duda era el, siempre que llegaba tomado no usaba sus llaves, el era el señor de la casa y como tal había que tratarlo, el primer pensamiento que llego a su mente fue un rotundo hijo de puta por que carajos volviste, se aproximo a la puerta y un presentimiento se fue apoderando de ella, al abrirla vio a su cuñado, con la cara descompuesta por las lágrimas, la abrazo y entre sollozos le decía que lo habían perdido.
Durante el velorio y el sepelio, ella estuvo como ausente, todos pensaron que estaba en shock por la perdida de su marido, y no se equivocaban si estaba en shock, pero no por la perdida de su marido, sino porque había comprobado que Dios si existía, no solo le dio tiempo para preparar la comida, sino que le dio la oportunidad de rehacer su vida y así sin darse cuenta volvió a sonreír...
Estaba absorta en sus pensamientos cuando el timbre del teléfono la saco de ellos, era el, ahogado en alcohol, le hablaba para decirle que ya iba para allá que quería la cena servida porque tenia hambre, ella le dijo que no tenia nada preparado, pues se quedo esperándolo para ir a comer, además que no le había dejado dinero (como siempre), la respuesta que recibió era la que mas temía.
Colgó y desesperada daba vueltas por la cocina, buscaba lo que fuera y es que lo conocía, la herida de la cabeza (la mas reciente), se la hizo cuando le avento un cenicero (el ultimo que quedaba de ese juego que les regalaron en su boda), solo tenia un huevo y un par de rebanadas de jamón, se iba a enojar, por instinto, escondió los cuchillos, no sabia que mas hacer, entonces vino a su mente un pensamiento, ¿y si no llegaba?, eso la salvaría de la paliza, y le daba tiempo de al día siguiente ir a la carnicería a pedir fiado aunque sea 1/4 de carne, para hacerle unos tacos de bisteck, y la oración cambio de forma, hacia menos de una hora pedía para que no le pasara nada, que llegara con bien, ahora pedía que no llegara y así, sin darse cuenta cambio su oración.
Ella sabía que (si existía) Dios la tenia muy olvidada, ¿cuantas veces le había pedido un milagro?, muchas y nunca había tenido una respuesta ¿por qué habría de tenerla esta vez?, se acostó a esperar y sin darse cuenta se quedo dormida.
Unos golpes en la puerta la despertaron, sin duda era el, siempre que llegaba tomado no usaba sus llaves, el era el señor de la casa y como tal había que tratarlo, el primer pensamiento que llego a su mente fue un rotundo hijo de puta por que carajos volviste, se aproximo a la puerta y un presentimiento se fue apoderando de ella, al abrirla vio a su cuñado, con la cara descompuesta por las lágrimas, la abrazo y entre sollozos le decía que lo habían perdido.
Durante el velorio y el sepelio, ella estuvo como ausente, todos pensaron que estaba en shock por la perdida de su marido, y no se equivocaban si estaba en shock, pero no por la perdida de su marido, sino porque había comprobado que Dios si existía, no solo le dio tiempo para preparar la comida, sino que le dio la oportunidad de rehacer su vida y así sin darse cuenta volvió a sonreír...
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