El sábado me llamaron para avisarme que falleció el papá de un amigo, y de inmediato me traslade hace casi veinte años atras cuando murió el papá de mi cuate Tacho, estábamos estudiando la preparatoria, y me pareció surrealista estar en la funeraria, yo había visto a don Emilio unos días antes (eramos amigos muegano y por ende casi diario estábamos toda la bola en casa de uno de los que formamos ese grupo, los mas cercanos eramos seis), la muerte de don Emilio me marco de por vida, por muchas razones que omitiré pero que nunca podré olvidar.
Hace un par de años murió el papá de otro buen amigo y también estuvo bien cabrón, a la fecha me es difícil ir a visitar a mi amigo a su casa y saber que su papá ya no esta.
Este fin de semana se repetia la historia y aunque la amistad no es tan marcada como con mis otros cuates no dejo de pegarme, porque algún día (espero aún este bastante lejos) estaré en los zapatos de mi cuates Tacho y Andres y espero no estar solo en ese momento.
No se como cortar este tema, pero ya se me hace tarde y quede en tomar un café con mi papá, no quiero perder tiempo que puedo pasar con el, porque después me arrepentiré.
P.D. Don Emilio siempre hay una anécdota para recordarlo. Jefe, esas platicas en la sobremesa después de comer en su casa como las extraño.
2 comentarios:
Un abrazo ;)
goei, me toco tu post carnal, se agradece tu comentario y siempre seremos 6... gracias!.
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