6 A.M. de nueva cuenta me
encuentro en carretera, analizando y repasando mentalmente la agenda, trato de
aprovechar cada minuto que estoy en la capital del estado para no tener que
volver en mucho tiempo, así que promete un día ajetreado, la mejor parte del
día será cuando regrese a casa, no importa la hora que sea, será lo mejor del
día, aunque desde el episodio del divorcio no es tan confortante regresar.
Pongo el score de la película
21 de David Sardy, con los primeros acordes me dejo llevar por la música,
disfrutando cada acorde hasta llegar a mi destino.
El día transcurre normalmente,
fluyendo sin mayor problema que el tráfico endemoniado propio de las ciudades
que crecieron sin sentido.
6 P.M. al fin terminé todos
los pendientes y decido regresar a casa sin siquiera detenerme a comer, me
siento muy cansado, no he dormido bien por semanas, sólo quiero llegar y dormir,
pongo música de Depeche Mode y comienzo a manejar rumbo a casa, son solo 300
km, dos horas cuando mucho de viaje por
la autopista.
Me siento tan cansado que ya
comienzo a delirar, hay un duende amarillo sentado en el tablero que me observa
fijamente.
Se lo achaco al estrés y al
cansancio, - Solo una broma de mi imaginación- digo en voz alta.
- No soy parte de tu
imaginación, ni soy producto del estrés que acumulas – contestó el duende.
- Ahora si ya valió madre, hasta
mis alucinaciones me contradicen.
- No dejas de ser el patito
patético que siempre has sido, bueno, ahora podemos agregar
que también eres necio, te repito que no soy una alucinación producto de tu
imaginación.
- Entonces, ¿Qué eres? – Pregunte
ya un tanto desesperado y siendo honestos, nervioso, me inquietaba la presencia
del duendecito amarillo.
- Me apena que no me
reconozcas, te he visitado desde que eras niño, soy tu peor pesadilla.
Al decir esto último comenzó a
reír y a tararear una tonadita que de inmediato me hizo recordar mis peores años
de infancia.
- ¿Y a que debo el dudoso
honor que seas mi peor pesadilla?- Pregunte temiendo su respuesta.
- Verás, no estoy autorizado a
decírtelo, pero en vista de los buenos momentos que me has hecho pasar y cómo
será la última vez que nos veamos te lo diré, desde el momento que naciste me
asignaron para generar tus conflictos a lo largo de tus días.
- Ahora resulta, jajajaja, no
me jodas, que para eso está mi esposa, bueno, mi ex esposa.
Sin dejar de sonreír se bajo
del tablero y sentó en el asiento del copiloto, recargo la cabeza en el
asiento, entrecerró los ojos, parecía que se iba a dormir.
- ¿Sabes?- Dijo sin abrir los
ojos – Nunca pensé en que iba a tener que explicar mi labor diaria, pero dadas
las circunstancias, lo haré por primera y única vez, así que por favor siéntete
honrado por ese privilegio. Mira, yo soy la ira de la esposa de tu jefe, que lo
hizo enojar y llegara buscando con quién desquitarse y se encontró contigo y
por eso tuviste que hacer este viaje a la capital, soy esa copa de más en el bar
cuando tuviste el accidente y dejaste en silla de ruedas a tu mejor amigo, soy
el deseo sexual que hizo que el arquitecto que remodeló tu casa se fijara en tu
esposa, que al final termino dejándote.
En este momento de la charla,
la temperatura dentro del auto había disminuido considerablemente, ¿Cómo era
posible que este pequeño ente supiera todo esto?.
-¿Ya terminaste de cavilar?,
aunque no hables sé perfectamente lo que piensas, desde que eras niño he estado
al pendiente de hacerte la vida imposible, conozco todos tus pensamientos, y
eso sin hablar de tu secretitos sucios, ¿Te acuerdas cuando te robaste ese
sostén de tu prima?, ¿Recuerdas que te masturbabas cuando la espiabas mientras se bañaba?,
¿Recuerdas cuando intentaste tener sexo con ella?, ¿Quién crees que te despertaba
ese deseo?, ¿Tu insulsa líbido?, ¡Claro que no!, era YO el que lo hacía, así
que por favor ten consideración, ya me estoy retrasando con el final de esta
charla, te decía, soy también la pereza del mecánico donde llevas a reparar tu carro,
¿recuerdas que le dijiste que cambiara las mangueras de distribución?, pues con la
novedad mi amigo, no se las cambió, se sentó a destilar hueva, ¿Así dices, no?.
-Suponiendo que seas los
pecados capitales, y que me has hecho mierda la vida, ¿Qué carajos haces
sentado en mi auto?
-Al fin una pregunta mas o
menos coherente, pues verás, ¿Por qué te imaginas que tome esta apariencia para
personificarme contigo?
-Supongo que es por el cuento
del enano amarillo, ese que una vez me leyó mamá y que tanto miedo me dio, pero
venga, si vas a estar contestándome con preguntas, te puedes ir por donde veniste.
Al decirle esto último soltó una
sonora carcajada y volteó a verme divertido y dijo:
- Siempre me han divertido tus
arranques, el macho que llevas dentro que sale de vez en cuando a reclamar sus
terrenos, te decía, estoy aquí porque es mi misión, es mi chamba, como dicen ustedes, después que terminamos
con un humano podemos descansar durante cien años, y mira que apenas es el
tiempo que necesitamos para medio reponernos, ni miles de legiones de demonios
y tentaciones podrían darse abasto con ustedes, como ha cambiado la humanidad
desde que los botaron a sobrepoblar lo que era este edén.
Se hizo un silencio entre los
dos, no sabía que decirle, mis argumentos ya hacía tiempo se habían esfumado,
era una realidad que estaba ahí, lo podía ver, sabía que si estiraba la mano
podía tocarlo, pensaba en detenerme y sacarlo, dejarlo en medio de la carretera, pensaba eso cuando abrió los ojos, volteó a verme, sonrío y dijo:
- Bueno fue placer conocerte,
quiero darte algunas buenas noticias, no tendrás que preocuparte mas por lidiar con
los arranques de ira de tu jefe, ni con la tortura de imaginar a tu ex esposa teniendo
sexo con alguien mas, porque a todos podrás engañar diciendo que la amabas,
pero a mi no, y tampoco tendrás que preocuparte por arreglar el desperfecto de
tu auto.
- ¿Por?
-Es que el accidente que vas a tener en este momento por venir hablando conmigo
será fatal…